ARISTA

Las llamadas aristas, obtenidas prensando arcilla sobre moldes de madera tallada, yeso o de bronce, heredaron el amor islámico por la geometría, pero también adquirieron ricas composiciones figurativas inspiradas en los tejidos del gótico y el renacimiento.

Estos azulejos son un buen ejemplo de la importante aportación técnica española a la historia de la cerámica conocida como arista o cuenca, en los que las líneas que separan las secciones de color se elevan, reflejando la impresión de los moldes sobre la arcilla húmeda.

Los azulejos de arista sirvieron para llenar de color la arquitectura andaluza renacentista de comienzos del siglo XVI durante los reinados de los Reyes Católicos y del emperador Carlos V.

La técnica de arista apareció por primera vez en España en 1475 y llenó Sevilla a principios del siglo XVI, permitiendo una producción a escala industrial y un uso extensivo de los azulejos en el país y su exportación al extranjero. De hecho, la arista tiene mucho que ver con la perdurable fama de Sevilla como centro cerámico español.

Las paredes se protegían y decoraban con ellos para formar paneles que parecían alfombras verticales u horizontales.

La estructura convencional se transformó mediante azulejos de diferentes motivos, tamaños y formas, según su localización en los paramentos.

Cada motivo individual tenía un valor estético independiente, que se potenciaba al multiplicarse, formando patrones extensos del tamaño necesario para cubrir paredes o techos. Numerosos motivos compartían el mismo espacio, convirtiendo la variedad en un añadido.

Azulejos similares a estos se utilizaron en varios palacios privados, monasterios y conventos españoles de principios del siglo XVI que sobreviven hasta el día de hoy.

Los Reales Alcázares y la Casa de Pilatos de Sevilla son famosos por sus espectaculares paredes y escaleras revestidas con grandes paneles de azulejos sevillanos.

Si bien el gusto por las paredes de azulejos en España se remonta al período medieval musulmán (como los Alcázares de Sevilla o la Alhambra de Granada con sus célebres alicatados), a principios del siglo XVI un nuevo método permitió a los alfareros producir en cantidad azulejos multicolor.

Las cerámicas que realizamos como reproducciones están pintadas a mano, cuidando el color y acabado consiguiendo así un aspecto antiguo.

Nuestros artistas están especializados en la recuperación y utilización de métodos antiguos y tradicionales y cuentan con un amplio archivo histórico y artístico.