HISTORIA

Nuestra historia tiene un nombre:

Juana Moreno

La historia de Cerámicas Sevilla nace de una mujer profundamente enamorada de la cerámica milenaria de Sevilla. Su nombre es Juana Moreno.

Desde el primer momento en el que entablas conversación con ella, te transmite su arraigada pasión por la cerámica y los azulejos sevillanos, dándote cuenta de que sólo con escucharla estás aprendiendo. No en vano, siempre le gustó compartir esta devoción con su esposo Julio Fuentes, su hijo Ángel y sus nietos Ángel Jr., Juana y Héctor.

Nacida en Sevilla en 1937, Juana conoció las antigüedades casi desde su nacimiento. Heredó la afición de su padre, Deogracias Moreno Bartolomé, quien tenía pasión por las antigüedades y la pintura, rodeándose de numerosas personas influyentes en la comunidad sevillana de la época. Uno de estos personajes fue D. José Gestoso y Pérez, ilustre arqueólogo e historiador, quien regaló a Juana cuando tenía sólo 9 años, el primer azulejo de su colección personal. Otro amigo, D. Manuel González Martí, fundador y director del Museo Dos Aguas de Valencia, le mostró a Juana cómo crear y gestionar una extensa colección de azulejos obtenidos a partir de edificios derruidos, anticuarios, excavaciones, etc.

¡Su pasión se encendió! En la actualidad cuenta con más de cuatro mil piezas de los siglos XV al XX, a pesar de haber sufrido algunos robos importantes.

Deogracias Moreno Bartolomé

Julio Fuentes de Fuentes

Durante las décadas de 1950 y 1960 se demolieron muchos antiguos palacios, conventos y casas singulares de Sevilla. Fueron muy pocos los que valoraron la cerámica que revistió sus rodapiés, patios, escaleras y salas de estar.

Gracias a personas como Juana, que se dieron cuenta del valor patrimonial histórico-artístico que estas cerámicas representaban para Sevilla, se salvaron piezas que de otro modo habrían acabado entre los escombros y desechadas.

Ella y Julio rescataron piezas que les interesaban y personalmente las desarmaron, limpiaron cuidadosamente, restauraron y clasificaron.

Desde niña recuerdo a mi abuela Juana y a mi padre Ángel con un azulejo en la mano, hablándome de ellos. Esto despertó en mí un interés especial, casi mágico. Esta historia es un homenaje a todos ellos, con mi cariño y aprecio: a mi bisabuelo Deogracias, a mis abuelos Juana y Julio, y a mis padres Ángel y Pepa.

Todos ellos lograron enseñarme el valor de lo que otros veían como una pieza inútil de material de construcción. Mi meta, pasión y dedicación es continuar y transmitir esta tradición, pasión y aprecio a nuestros hijos Héctor Jr. y Pepona, y a muchas generaciones por venir.

Juanita Fuentes Sánchez – Palencia y Héctor López Cano